El eco de los sueños
Ruben Loza Aguerrebere y Raúl Guerra
Garrido
La
fama del escritor Raúl Guerra Garrido es una de las más sólidas de las letras
modernas. Su amplia y tan rica obra literaria, ha merecido numerosos premios,
como el Nadal, el Premio de las Letras de Castilla y León, el Premio de la Crítica , el Fernando
Quiñones, el León Felipe y, en fin, el Premio Nacional de Literatura.
Entre sus
laureados libros cabe recordar “Lectura
insólita de El Capital”, “La carta”,
“El otoño siempre hiere” y “El que sueña novela”. Y “La Gran Vía es New York”, “Tantos inocentes” y “La
estrategia del outsider”.
Ahora ha
dado a conocer “Tertulia de rebotica”
(Alianza Editorial), una obra vasta y variadísima. Más de cuatrocientos
artículos publicados en la revista “El Farmacéutico”,
donde se dan la mano el hombre de
ciencia y el de letras.
Un
escritor es original o no es un escritor. Raúl
Guerra Garrido lo es, de un modo simple y profundo. Moja la pluma en el
mundo que habita y habla sobre lo que somos. Nada le es ajeno, y nos habla de un variadísimo universo. Por
ejemplo, de su entusiasmo por las novelas, las de Saul Bellow, Camilo José Cela
y Miguel Delibes, pero también las de Primo Levy, Juan Rulfo, García Márquez,
Saramago, Gunter Grass y Vargas Llosa, sin
olvidarse de no pocos poetas de ayer y de hoy. También recuerda las calles más variadas del
mundo ancho y ajeno que bien conoce (“me
reafirmo en que, a pesar de sus perturbaciones, la del Sur es la América que amo”), así
como, por ejemplo, escribe sobre la importancia
del cine (“sin el cine nuestra vida
habría sido mucho más pobre y nuestro primer amor muy diferente”), y más. Del fútbol, por ejemplo. Y de Bob
Dylan y Woody Allen y las piernas de Julia Roberts. Y mucho más. Como su
primera nieta no bien llegó al mundo. Y sigue y no se detiene. Tanto es así,
que hasta yo mismo me encontré mencionado en la página 80.
Y
bien, en este delicioso libro donde “las apariencias desengañan”, coinciden imagen e imaginación, y entonces, señala:
“navegamos no porque existan olas o la mar nos parezca infinita sino porque
queremos llegar al horizonte, límite más que discutible”.
Con su seductora prosa repleta de
ideas atrapa al lector gracias a estas páginas que lo ratifican, lisa y
llanamente, como un auténtico escritor de raza.