lunes, 17 de julio de 2017

Albert Camus y sus dos visitas
a Montevideo


            
            Albert Camus, Premio Nobel de literatura a los 44 años, viajó dos veces a Montevideo. Y escribió de esas visitas en sus “Diarios de viaje”.
          Nacido en Mondovi, en 1913, hijo de un obrero y una mujer analfabeta, Catherine Sintes (que fue esencial en su vida),  murió muy joven, el 4 de enero de 1960,  en un accidente de auto.  En su abrigo encontraron luego un billete de tren para ese día.
         En 1940 se fue a Marsella, llevando los manuscritos de “El extranjero” y de “Calígula”. Luego, en París, se enroló en la Resistencia. Al terminar la guerra, fue condecorado.
            Pero  vayamos unos cuantos años atrás, hacia el año 1949, cuando desde Buenos Aires llegó a nuestra ciudad. El 11 de agosto de 1949 dice: Me levanto temprano y escribo unas cartas. Luego, como sigo sin noticias de mis protectores naturales, voy a visitar Montevideo en un hermoso día gélido. La punta de la ciudad se baña en las aguas amarillas del río de la Plata. Aireada, regular, Montevideo se halla rodeada por un collar de playas y un bulevar marítimo que me parecen bellos. Hay una prestancia en esta ciudad, en la que parece ser más fácil vivir que en otras que ví hasta ahora. Mimosas en los barrios ajardinados, y palmeras que me recuerdan a Menton. Aliviado también por estar en un país de lengua española".
            Esa misma noche Albert Camus retornó a Buenos Aires. Después viajó a Chile. Y el 19 de agosto de 1949, volvió a Montevideo. Escribió, al día siguiente: "A las once, primera conferencia en la sala de la Universidad. En medio de la conferencia, un curioso personaje entra en la sala. Una capa, la barba corta, los ojos negros. Se instala al fondo, de pie, abre ostensiblemente una revista y la lee. De cuando en cuando, tose muy fuerte. Este, al menos, pone algo de vida en el anfiteatro".
            Evocó, asimismo, un encuentro muy especial: "Un momento con José Bergamín, fino, marcado, con la cara envejecida de intelectual español. No quiere elegir entre el catolicismo y comunismo mientras la guerra de España no haya terminado. Un hipotenso cuya energía no es más que espiritual. Me gusta esa clase de hombres". Y agrega: "Después de la conferencia, salgo a pasear con Bergamín. Aterrizamos en un café populoso. Él duda de la eficacia de lo que está haciendo".
       Observaciones sobre Montevideo, en frases breves: "La tarde es suave, rápida, un poco tierna. Este país es fácil y bello".           
            Y, por cierto, conoció aquí a Susana Soca, personalidad destacada de la cultura uruguaya y, naturalmente, una de sus anfitrionas. Veamos un apunte sobre de Camus: "Después, cena en casa de Suzannah Soca. Un montón de mujeres de mundo que, después del tercer whisky, se ponen insoportables... Propongo a la agregada cultural que se venga a beber una copa conmigo... La noche es dulce en Montevideo. Un cielo puro, el crujir de las palmas secas encima de la plaza Constitución, vuelos de palomas, blancos, en el cielo negro".
            El 21 de agosto de 1949 se fue de Montevideo, y dejó escritas estas  palabras: "... el avión abandona el terreno a las once. Bajo un cielo tierno, aireado, nuboso, Montevideo expone sus playas --ciudad encantadora-- donde todo invita a la felicidad y a la felicidad sin preocupaciones de la mente".