domingo, 17 de abril de 2016

Fesliberto Hernández, escritor impar


Felisberto Hernández, uno de los fundadores de la modernidad literaria iberoamericana es uno de  los más originales escritores rioplantenses.
Su vida (nació en Montevideo en 1902, donde falleció en 1964)  fue por demás singular: pianista ambulante, recorrió el Uruguay acompañando a un recitador de temas gauchescos que entonces era más famoso que él.  También ejecutó obras clásicas, en concierto que brindó en Montevideo y  Buenos Aires. Y de pronto, se dedicó a la literatura. 
Su primera obra se llamó “Libro sin tapas”, porque precisamente no tenía tapas, según contaba su amigo Julio Casas Araújo, quien en su juventud había escrito algunos poemarios, como “El aventurero celeste”, y fue luego embajador del Uruguay en Cuba y España. Casas Araújo, minuano,  es el autor de la letra del himno del liberal Partido Nacional uruguayo. Solía acoger periódicamente a Felisberto Hernández cuando éste se encontraba pasando momentos económicos difíciles, prestándole una chacra en las afueras de Minas.
Felisberto Hernández es desde hace tiempo un escritor de resonancia internacional y motivo de estudios y coloquios, los cuales sin duda nunca imaginó. Una antología italiana recoge sus relatos (Nessuno accedenva le lampade, de Einaudi) con prólogo de Italo Calvino. También Julio Cortázar prologó otro libro suyo, la edición francesa titulada “Les Hortenses”. En sus libros escribió sobre la vida de todos los días, dándole una luz de verdad a todo aquello que lo no tiene, porque sabía hacerlo.
La vida de Felisberto Hernández fue tan singular como sus relatos fantásticos. Era un personaje más de sus propios libros. Estudió el piano con Clemente Colling, cuando niño, y luego escribió sobre su maestro cuando era escritor. Tocó en cafetines de Montevideo y en los cines acompañando películas mudas.
Se casó cuatro veces. Una de sus esposas fue la pintora Amalia Nieto; otra, la prestigiosa pedagoga Reyna Reyes. Mucho después se descubrió otra de sus mujeres que fue espía rusa. También vivió una relación muy extravagante con la también escritora Paulina Medeiros, quien en 1974 publicó un libro sobre su vida íntima con el escritor.
            Entre 1925 y 1941 hizo publicaciones en diarios y varios libros en imprentas de pueblo; desde 1941 a 1946, escribió dos narraciones extensas que definieron su mundo literario; desde 1947 a 1960, entre los libros “Nadie encendía las lámparas” y “La casa inundada”, escribió varios cuentos antológicos.
            La obra de Felisberto Hernández, como ingresó al dominio público, está ahora disponible para todos los lectores en tres sitios diferentes: Wikisource, de la enciclopedia colaborativa Wikipedia; Internet Archive, una biblioteca digital dedicada a la preservación de archivos de sitios públicos de la Web y Autores.uy.
             Basta con un “clic” en el teclado de la computadora (algo que jamás soñó Felisberto, pese a su copiosa imaginación) para llegar a ellos y  leer libremente todas sus espléndidas historias, enredadas como cerezas,  que ramifican los sueños de un escritor impar.