Fesliberto Hernández, escritor impar
Felisberto Hernández, uno de los fundadores
de la modernidad literaria iberoamericana es uno de los más originales escritores rioplantenses.
Su vida (nació en Montevideo en 1902, donde
falleció en 1964) fue por demás
singular: pianista ambulante, recorrió el Uruguay acompañando a un recitador de
temas gauchescos que entonces era más famoso que él. También ejecutó obras clásicas, en concierto
que brindó en Montevideo y Buenos Aires.
Y de pronto, se dedicó a la literatura.
Su primera obra se llamó “Libro sin tapas”, porque precisamente no
tenía tapas, según contaba su amigo Julio Casas Araújo, quien en su juventud
había escrito algunos poemarios, como “El
aventurero celeste”, y fue luego embajador del Uruguay en Cuba y España.
Casas Araújo, minuano, es el autor de la
letra del himno del liberal Partido Nacional uruguayo. Solía acoger
periódicamente a Felisberto Hernández cuando éste se encontraba pasando
momentos económicos difíciles, prestándole una chacra en las afueras de Minas.
Felisberto Hernández es
desde hace tiempo un escritor de resonancia internacional y motivo de estudios
y coloquios, los cuales sin duda nunca imaginó. Una antología italiana recoge
sus relatos (Nessuno accedenva le lampade,
de Einaudi) con prólogo de Italo Calvino. También Julio Cortázar prologó otro
libro suyo, la edición francesa titulada “Les
Hortenses”. En sus libros escribió sobre la vida de todos los días, dándole
una luz de verdad a todo aquello que lo no tiene, porque sabía hacerlo.
La vida de Felisberto
Hernández fue tan singular como sus relatos fantásticos. Era un personaje más
de sus propios libros. Estudió el piano con Clemente Colling, cuando niño, y luego
escribió sobre su maestro cuando era escritor. Tocó en cafetines de Montevideo
y en los cines acompañando películas mudas.
Se casó cuatro veces. Una de sus esposas fue la pintora Amalia Nieto;
otra, la prestigiosa pedagoga Reyna Reyes. Mucho después se descubrió otra de
sus mujeres que fue espía rusa. También vivió una relación muy extravagante con
la también escritora Paulina Medeiros, quien en 1974 publicó un libro sobre su
vida íntima con el escritor.
Entre 1925 y 1941 hizo publicaciones
en diarios y varios libros en imprentas de pueblo; desde 1941 a 1946, escribió
dos narraciones extensas que definieron su mundo literario; desde 1947 a 1960,
entre los libros “Nadie encendía las
lámparas” y “La casa inundada”,
escribió varios cuentos antológicos.
La obra de Felisberto Hernández, como
ingresó al dominio público, está ahora disponible para todos los lectores en tres sitios diferentes: Wikisource, de la enciclopedia colaborativa Wikipedia; Internet Archive, una biblioteca digital dedicada a la preservación de
archivos de sitios públicos de la
Web y Autores.uy.
Basta con un “clic” en el teclado de la
computadora (algo que jamás soñó Felisberto, pese a su copiosa imaginación)
para llegar a ellos y leer libremente todas
sus espléndidas historias, enredadas como cerezas, que ramifican los sueños de un escritor impar.