lunes, 28 de mayo de 2018

Pío Baroja y Hemingway

  
 


  
Conozco la historia de primera mano, contada por uno de sus  protagonistas: el maestro Javier Bello Portu, destacado director de orquesta del País Vasco, quien vivió casi toda su vida en París, donde murió. Nos la contó una noche en Madrid, mientras cenábamos, al escritor Raúl Guerra Garrido y a mí.
            Cuando Hemingway  visitó a Pío Baroja en su lecho de enfermo, le obsequió una de sus novelas, escribiendo en ella que era Baroja, y no él, quien merecía el Nobel que acababan de concederle.
El maestro Bello Portu refirió, luego, cómo había transcurrido el triste día de la muerte de Pío Baroja, y nos dio detalles de su entierro.
Supimos que habían asistido muy pocas personas; dijo que tenía una foto de aquellos momentos, cuando le dieron sepultura: “Los puedo identificar uno por uno”.
            Le pregunté sobre la presencia de Hemingway en el velatorio de Pío Baroja, sobre la que conocía detalles gracias al libro famoso de José Luis Castillo Puche, y, en efecto, la confirmó: “Fui yo quien invitó a Hemingway a cargar al ataúd de Baroja para poder sacarlo a la calle”, dijo. “Me contestó que era demasiado honor. Que lo cargaran sus amigos”.
            Cuando, al fin, decidieron sacar el cajón,  advirtieron que la tarea no era nada sencilla, porque la escalera era demasiado estrecha. Necesitaban más manos, y más astucia y fuerza.
          Y agregó el maestro Bello Portu: “Nos disponíamos a llevar el cajón a pulso, cuando Camilo Cela me pidió que le hablara de nuevo a Hemingway. Y  me dirigí hacia él. Estaba en un rincón, acongojado. Lloraba detrás de sus pequeños anteojos de aro redondo”. Entonces,  me detuve  frente a él y le dije: “¿Vamos?”. Hemingway me contestó, sacándose los lentes: “¡Si siguen dando la lata, cojo el cajón y lo saco yo solo!”.
         Javier Bello Portu se lamentó: “Debido a esas idas y venidas, perdí mi lugar, y no pude cargar el ataúd de mi amigo en su  último viaje”.
         Pío Baroja sigue vivo en sus memorables libros.

domingo, 20 de mayo de 2018


Antonio Skármeta y la creación literaria





            Antonio Skármeta es dueño de una vasta y notable obra literaria. Ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Chile y ha recibido premios de la UNESCO, el Premio Medici y el Premio Planeta, entre otros.
            Su famosa novela “El cartero de Neruda”, traducida a los más diversos idiomas, dio lugar a la laureada película italiana “Il postino” (tuvo 25 premios internacionales).  Asimismo, hay una versión teatral de esta obra, y tuve el placer de verla una noche en Nueva York. Para señalar otros dos libros suyos, sobresalientes, bastenos citar la novela “Un padre de película” y la reciente colección de relatos “Libertad de movimiento”.
            Nacido en Antofagasta, en 1940, egresado del Instituto Nacional, Antonio Skármeta fue profesor en Europa y en los Estados Unidos.
Cordial y sumamente generoso, he tenido el placer de dialogar largamente con mi admirado escritor amigo. Sigue su respuesta a mi pregunta sobre la creación literaria, la que hoy doy a conocer, aquí, como lo he hecho con otros escritores de notoriedad respondiendo la misma pregunta.

--¿Cómo nace, crece y germina una obra en tu imaginación?
            --Cuando escribo sigo más o menos el mismo procedimiento. Cuando era joven tenía otro tipo de trabajo. Ahora, normalmente, cuando escribo, hago una primera versión a la que llamo "magma". Ella es una escritura informe, emocional, llena de imágenes, donde voy buscando lo que quiero escribir. Tengo ciertas emociones, ciertos recuerdos, ciertos anhelos sobre los que discurro pero sin afinarlos, porque no quiero que nada intelectual intervenga en la primera etapa. Es una etapa de expresión emocional muy libre. Y allí, en ese magma, en esa materia, van surgiendo luego los núcleos de interés: una situación, un diálogo, un personaje, una frase. Y de pronto, cuando termino de escribirlo, entre esas muchísimas páginas, sé que tengo una novela. Y luego comienzo una escritura literaria, tratando de que todo aquello que fue confusión y búsqueda, tenga tersura y llegue al lector de una manera transparente; y procuro que tenga ritmo, que tenga gracia, y que emocione y entretenga. Ese es mi método.

lunes, 7 de mayo de 2018


La creación según Vargas Llosa





        La creación literaria, como dijo Octavio Paz, puede ser un oficio que luego se transforma y al fin termina convirtiéndose en un destino. ¿Es así? Esto le he preguntado a Mario Vargas Llosa. Y me ha dado esta respuesta clara y contundente, basándose en su vasta vida literaria y creadora, que entre tantos galardones, ha merecido el Premio Nobel de Literatura.
            Siguen sus palabras:  
            --Yo creo que el origen tiene que ver con nuestros sueños, tiene que ver con experiencias claves que te van marcando y te van orientando hacia un determinado sendero, ¿no? En la literatura, creo que es fundamental la importancia del descubrimiento del poder de la fantasía, de poder vivir otras vidas y ensanchar de esa manera el mundo. Los libros primeros, aquellos que incitaron más nuestra imaginación, nos ayudaron seguramente a inventar nuestras propias historias. En otros casos es muy importante el engolosinamiento por el lenguaje, por las palabras, por el valor de cada palabra, por la música de la palabra. Entonces, yo no creo que haya una sola explicación, una sola fórmula para decir de qué manera nace una vocación por la literatura, pero seguramente debe estar por allí. En mi caso, cuando era niño, creo que todo empezó cuando comencé a leer y a soñar con los ojos abiertos, fabulando.