Lawrence
de Arabia
por
RUBEN LOZA AGUERREBERE
Se
cumplen 130 años del nacimiento del coronel Thomas Edward Lawrence, escritor,
medievalista y arqueólogo, quien es mucho más conocido como "Lawrence de
Arabia". Nacido en Gales en 1888, segundo hijo de un noble irlandés y de
la institutriz de sus hijas, se doctoró en Oxford con una tesis sobre la
arquitectura militar de los cruzados.
Es autor de un clásico de la literatura
inglesa, "Los siete pilares de la sabiduría", libro que para Borges tenía un solo defecto: "abundar
en páginas deliberadamente antológicas".
En los preludios de la Primera Guerra
Mundial y apogeo del colonialismo, el libro cuenta la crónica personal de este
aventurero del siglo XX, esencialmente la experiencia árabe. Recordemos que los
ingleses buscaron en el desierto armar a las tribus árabes contra los turcos,
aliados de Alemania. Fue entonces cuando Lawrence, subalterno del Estado Mayor
de Lord Kichener, hizo su irrupción. Original, refinado, especialista en arte,
persuasivo, de baja estatura (medía 1 metro 55), irradiaba inteligencia y
energía. Para llevar adelante su plan buscó un caudillo para la rebelión.
Escogió a Faisal, y entonces comenzó a mover las piezas de su ajedrez político.
A Lawrence le gustaba vestir ropas
árabes y adoptó las túnicas blancas, llevando un cuchillo de oro en la cintura.
Esta imagen formaría parte del mito de su personalidad. Y condujo una guerra
casi personal, cargada de hechos heroicos, de sacrificios y gestas extraordinarias.
Así describía el movimiento de sus
tropas en "Los siete pilares de la sabiduría": "Nuestra marcha
revista un esplendor bárbaro. Al frente avanza Faisal, el jefe, vestido de
blanco. A su derecha Charraf, con la cabeza cubierta con un turbante rojizo. A
la izquierda voy yo, vestido de blanco y bermejo. Luego, los estandartes, las
lanzas doradas y de pálido carmesí. Más a la retaguardia tocaban los tambores
una marcha. Finalmente llegaba la masa salvaje. Avanzábamos como una onda
resplandeciente".
El coronel Lawrence,
"Aurens" como le llamaban los guerreros, se convirtió en escritor y,
de pronto, desapareció. Se enroló, con un nombre falso, T.E. Shaw, como soldado. Hacía tareas de oficina. Y,
para él, traducía "La
Odisea ". Era muy
notorio y recibía variados ofrecimientos y debía esconderse de los periodistas.
Lawrence murió en un accidente de
moto en mayo de 1935. A su funeral
asistieron Winston Churchill, Nancy Astor y Lord Lloyd. Y en “The Times”, el rey
Jorge V publicó su mensaje de condolencias.