martes, 27 de marzo de 2018

El humor de Vargas Llosa
             


Esta anécdota ocurrió en Valencia hace unos cuantos años.  
Pone en evidencia el buen humor de Mario Vargas Llosa. Por ello, me ha gustado difundirla aquí.
Aquella mañana luminosa acompañábamos a nuestro ilustre amigo, el escritor Fernando Iwasaki Cauti, el fallecido periodista y poeta bilbaíno Germán Yanke,  y yo.
De pronto, un señor lo miró atentamente, desde la plaza; muy decidido, cruzó la calle presuroso y se acercó a él.
Lo enfrentó y le dijo:
 --Le he mirado bien y quiero saludarlo. Porque usted es García Márquez, ¿verdad?
 Nosotros tres nos miramos en silencio y azorados.
¿Y ahora?
Vargas Llosa, con la misma sonrisa en los labios, le estrechó la mano y le dijo: 
--No; yo soy… el otro.