Los recuerdos de Patrick Modiano
Patrick Modiano (Premio Nobel 2014) comenzó a escribir a
los 22 años, y es lo que ha hecho siempre. No quiere ser otra cosa que un
escritor. Vive ajeno al mundo literario e incluso rechazó la invitación para
integrar la Academia Francesa de Letras.
Ha descrito su mundo con una
melancolía que conmueve. Sus páginas están impregnadas por los colores átonos
de París, matizados por el gris de ciertas calles como las de su infancia, en
Quai de Conti, o bien el verde de los jardines de Luxemburgo (por donde paseaba
cuando su hija le avisó por teléfono que le habían concedido el Premio Nobel) y
todo lo siente como algo “irreal”.
En 1978 ganó el Premio Goncourt con “La calle de las tiendas oscuras” y luego se fueron sucediendo sus novelas como, entre las más
notorias, “Un pedigrí”, “El horizonte”, “El horizonte”, “En
el café de la juventud perdida” y “La hierba de las
noches”.
Sus historias son complejas y sus personajes seductores y enigmáticos;
se nutren de los recuerdos imaginarios que la memoria ha ido transformando con
el paso del tiempo. A través de ellos documenta una época, la de su juventud,
evocando el mundo de aquellos estudiantes fascinados por la bohemia parisina.
El boulevard Raspail, el café
Les Deux Magots, la plaza de la Concorde , los Champs Elysés, la Place de l’Alma, aparecen y reaparecen en todas sus novelas, y, de esta
manera, París se convierte en la única geografía por la que ambulan una y otra
vez sus personajes, envueltos en enigmas que los atrapan, a ellos y a sus lectores.
Ninguno de sus seguidores se sorprende por las semejanzas de sus libros,
que suelen tratar siempre los temas de la memoria, la nostalgia del ayer y
ciertas emociones e ilusiones que sobreviven ajenas al tiempo.
Hay una sensación de “déjà vu”, con
situaciones y rincones de París pintados siempre, así como varias misteriosas
búsquedas de personajes del pasado. Es, por otra parte, lo que desean encontrar
sus lectores.
Al mundo onírico de sus novelas, que
los críticos llaman “modianesco”, lo
amplía aún más en su reciente libro “Souvenirs dormants” (no traducido todavía
a nuestra lengua), escribiendo esta vez sobre sus recuerdos personales, autobiográficos. Lo hace con la seducción literaria
de siempre. Vale la pena seguir visitándolo.