La grandeza de un personaje se mide
en relación a la historia de su vida. En este caso me refiero a Jorge Semprún,
quien no puede disociarse del furor de sus ilusiones, de las colisiones que en
sus días tan duros sobrellevó, de su combate contra las dictaduras, de su
sobrevivencia en el campo de concentración de Buchenwald (lo sacó en 1945 el
III ejército de Patton) ni menos aún, de su obra literaria mayúscula, hasta que
se apagó su vida hace cinco años, cuando contaba 87 años.
Jorge Semprún Maura fue un actor y un memorialista
ejemplar del siglo XX.