sábado, 7 de julio de 2018

Los San Fermines de Hemingway


 Estatua de Hemingway en Café Iruña en Pamplona
           
            … 7 de julio San Fermín!
            A los Sanfermines de aquellos tiempos, con fuegos artificiales, cine mudo y bailes, llegaron Hemingway y su esposa Hadley, hace 85 años, en Pamplona, donde siguen cada día más difundidos. La fiesta se las había sugerido a ellos, en el corazón de París,  Gertrude Stein.
            Desde entonces, los Sanfermines fueron para él una cita ineludible, y también uno de los temas esenciales de varios de sus celebrados libros, como la novela “Fiesta”, también llevada al cine.
             Hablar de Hemingway en Pamplona es hablar del café Iruña, lugar común de todas sus visitas. Allí bebió infinitas copas de vino y coñac, a veces acompañado por  Ava Gardner. Y por ello, desde hace tanto tiempo, en el mostrador encontramos una estatua de Hemingway, en bronce, con su talla enorme. Y como todo el mundo que visita este lugar, en Pamplona, en el café Iruña y mirando la mesa donde solía escribír habitualmente, también bebí una copa en el mostrador donde sigue haciéndolo el maestro Hemingway.
            Desde el café Iruña tenía una visión privilegiada de la Plaza del Castillo, y cruzando la calle vemos el Hotel La Perla, a cuya propietaria del año 1923, Ignacia Erro, consideraba como su benefactora, pues ella siempre le dio la habitación 217, con balcones a la calle Estafeta, para ver los toros.
            Cercano a los 60 años, seguía visitando las fiestas, cuyo atractivo internacional había contribuido a difundir.
            Llegó a los Sanfermines como periodista y se marchó como novelista, gracias a libros inolvidables como “Fiesta”, “Muerte en la tarde” y “El verano peligroso”.