Los San Fermines de Hemingway
Estatua de Hemingway en Café Iruña en Pamplona
… 7 de julio San Fermín!
A los Sanfermines de aquellos
tiempos, con fuegos artificiales, cine mudo y bailes, llegaron Hemingway y su
esposa Hadley, hace 85 años, en Pamplona, donde siguen cada día más difundidos.
La fiesta se las había sugerido a ellos, en el corazón de París, Gertrude Stein.
Desde entonces, los Sanfermines
fueron para él una cita ineludible, y también uno de los temas esenciales de
varios de sus celebrados libros, como la novela “Fiesta”, también llevada al cine.
Hablar de Hemingway en Pamplona es hablar del
café Iruña, lugar común de todas sus visitas. Allí bebió infinitas copas de
vino y coñac, a veces acompañado por Ava
Gardner. Y por ello, desde hace tanto tiempo, en el mostrador encontramos una
estatua de Hemingway, en bronce, con su talla enorme. Y como todo el mundo que
visita este lugar, en Pamplona, en el café Iruña y mirando la mesa donde solía
escribír habitualmente, también bebí una copa en el mostrador donde sigue
haciéndolo el maestro Hemingway.
Desde el café Iruña tenía una visión
privilegiada de la Plaza
del Castillo, y cruzando la calle vemos el Hotel La Perla, a cuya propietaria
del año 1923, Ignacia Erro, consideraba como su benefactora, pues ella siempre
le dio la habitación 217, con balcones a la calle Estafeta, para ver los toros.
Cercano a los 60 años, seguía
visitando las fiestas, cuyo atractivo internacional había contribuido a
difundir.
Llegó a los Sanfermines como periodista y se marchó como
novelista, gracias a libros inolvidables como “Fiesta”, “Muerte en la tarde” y “El verano peligroso”.