Los
sueños literarios
Los mecanismos de la creación son diversos
y muy variados. Si lo serán. Graham
Greene anotó durante un cuarto de siglo sus sueños y, gracias a ellos, escribió
después más de ochocientas páginas, desde 1965 hasta 1989, con las "escenas selectas" de sus sueños.
Y bien, ¿con quién soñaba Graham Greene?
¿Qué cosas soñaba?
Soñó el 28 de abril de 1988 que hacía un
viaje con Henry James por un río de Bogotá y escribió: "El
barco zarpaba después de la medianoche y
tuvimos que atravesar el muelle en la más completa oscuridad, acarreando
nuestro equipaje de mano. De no ser por la determinación que mostraba el gran
autor, y mi admiración por su obra, no hubiera seguido adelante".
También soñó con Jean Cocteau, con
Robert Graves (el autor de la novela “Yo,
Claudio”) con T.S. Eliot (en el sueño se había dejado crecer el bigote),
con Jean-Paul Sartre, con el poeta W.H. Auden y con el novelista Evelyn Waugh.
Este último sueño es curioso: en él, Auden
era un guerrillero que había sido herido por un disparo del escritor Evelyn
Waugh en una pierna; Graham Grenne lo perseguía y, cuando lo alcanzó, le clavó
un cuchillo y sigue diciendo: "pero
como si no hubiera sufrido ninguna herida comenzó una discusión literaria de la
cual, extrañamente, nada recuerdo". Otra noche soñó con el famoso espía
inglés Kim Philby y comentó: "Al
parecer había reclutado a Hemingway para que lo informara sobre los refugiados
de Hong Kong". También soñó con
el general de Gaulle, con Mitterrand, con Ho Chi Min y con Olivier
Cromwell.
En cuanto a mí, recuerdo que en cierto momento, hace unos
años, decidí escribir mis sueños literarios no bien despertara para no
olvidarlos. Gracias a ello, tarea que ya no hago, puedo relatar algunos de mis
sueños, leyendo mis apuntes. Veamos.
Una noche, en Madrid, soñé con Mario Vargas
Llosa; lo veía de espaldas, paseando a su nieta de tres años; sabía que era él. También soñé con un artículo
titulado “La ciudad sin Naipaul”; el
título se veía en una carátula de color verde, en una revista de dimensiones
más grandes que las habituales. No sé que diría de ese mundo y del Premio Nobel
literario del 2001, autor de “Miguel
Street” y “El sanador místico”.
Con Borges he soñado varias noches.
En uno de mis sueños paseábamos por una feria de libros muy pequeña y recuerdo
que él vestía una remera a rayas horizontales blancas y marrones. Cuando alguien lo felicitó por sus libros,
Borges le contestó: “Son unos modestos cuentos”. Otra noche soñé que jugábamos a las cartas (al
truco) con Borges; supongo que él no estaba ciego en mi sueño, del no recuerdo
nada más.
También soñé con Ernesto Sábato, quien
me invitaba a participar en un homenaje en su honor. Y hablando del premios, otro
sueño con Vargas Llosa y Borges, cuando al primero le dieron el Nobel de
literatura. Caminábamos rumbo a la ceremonia y de pronto Vargas Llosa saltó
ágilmente una cerca que cerraba la calle; le comenté a Borges que era un acto
desafiante, y se rió tanto que no pudo
trepar la cerca, la que de súbito se convirtió
en una pared inclinada. También soñé con Bioy Casares; íbamos en auto (yo
conducía) a la presentación de un libro suyo, y hablábamos de literatura.
Sueños muy literarios, como ven.