Libros inolvidables
Vida y literatura están estrechamente unidas. Y las grandes
obras de ficción narrativa (cuentos y novelas memorables) lo son porque toman
de la vida los elementos esenciales y, gracias a la organización del lenguaje y
la forma de contarlo, pasan a ser hitos de nuestra vida; hitos de nuestra
pequeña historia personal.
Y, así, quedarán en nuestro corazón
impresas. ¿O no nos ocurre, esto mismo, si evocamos libros como El Quijote, o
recordamos “Bola de cebo” de Mauppasant,
“La educación sentimental” de Flaubert,
“Fiesta” de Hemingway, “La condición humana” de Malraux, “Cien años de soledad”
de García Márquez, “La casa verde” de Mario Vargas Llosa, “El Aleph” de Borges y, en fin, “Un padre de
película” de Antonio Skármeta?
¿Por qué sucede? Porque no solamente cuentan
historias memorables protagonizadas por personajes que no olvidaremos, sino
porque fueron cuidadosamente planeadas para penetrar en nuestra conciencia
y nuestro corazón, Y se quedarán a vivir para siempre.
Para nosotros, mientras lo leímos, todo ello fue verdad. Y por ello,
esta segunda vida del arte, es el mayor logro de sus creadores puesto que ofrecen
vidas imaginarias como si fueran verdaderas, y terminamos creyéndolo. Por
siempre.